La última vez que os hablé de mis plantas
fue aquí. Y desde entonces ha hecho mucho calor. Y yo no tengo muy buena mano con las plantas, para que mentir. Así estaba mi "jardín" (que en realidad son un puñado de macetas en una terraza) a comienzos del verano - si, a comienzos, pues ya a mi vuelta de vacaciones me he dedicado a hacer una cura y os mostraré en breve cómo ha quedado-.
De esa primera tanda, prácticamente todos los brotes de las semillas han muerto o desaparecido. Incluso las semillas sorpresa que venían en uno de los kits de Crealoo:
Empezó a brotar, pero nunca llegué a saber qué era. El Sol pudo con ella.
Los arándanos y frambuesas, también han caído, pues les ha entrado araña roja y los ha secado del todo. Los tengo actualmente dándoles una cura y una segunda oportunidad a ver si logro revivirlos.
Los pensamientos, fuera, por problemas con un hongo. Y las flores de colores que tenía plantadas, se quemaron durante una tarde con sol. :( ¡menudo desastre!
Así que me planté en junio con una necesidad de volver a replantar todo, y probar nuevas semillas.
Pero a lo que venimos: el reciclaje.
A comienzos de verano me planté ante un montón de plantas que sanar o que replantar. Para estos casos, en los que la planta aún no ha brotado o es mínima, no quería comprar macetas nuevas, por lo que empecé a dar vueltas por la casa a ver qué podía aprovechar.
Os muestro qué he ido aprovechando:
Las cajas de fresas han sido una buenísima opción para mantener la terraza recogida. En este momento estaban en "blanco" pero más adelante os mostraré cómo las he ido arreglando.
Los botes de detergente, redondos y altos,han permitido a esta planta crecer de lo lindo. Aquí está mega-verde y con flores, en todo su esplendor tras una primavera genial.
Otra opción fue utilizar las botellas de refrescos. Las corté por la mitad, hice una serie de agujeros en la base, para poder drenar, y las usé para plantar semillas de chirimoya (a ver si sale algo!)
Me encanta mi aloe, es la planta que mejor me ha
aguantado, me la dieron pequeñita y se ha puesto enorme. Su maceta se le
ha quedado pequeña ya!!
En las mini macetas, que tenía guardadas de los cactus que compré nada más llegar al piso, he probado a plantar perejil.
Para las plantas que requieren una humedad constante, he utilizado tuppers grandes. Puestos en la base, y llenos de agua, permiten a la planta tener esa fuente de líquido que requiere. Mi helecho está frondoso y verde desde que uso este truco.
Los maceteros de cemento son todos rescatados de la basura, y de lo primero que entró en esta casa. Haciendo la obra, salí a tirar basura y mientras me iba, vi como un vecino tiraba 3 maceteros largos y grandes. No pude evitarlo, ¡¡di media vuelta a por ellos!!
Por último, un "truco" que vi en internet, y que todavía tengo en proceso: cómo plantar un aguacate.
Coges el hueso, limpio y le clavas 4 palillos, como en la imagen. Lo colocas sobre un cuenco pequeño y lo llenas de agua. Los palillos permiten que el hueso esté en contacto con el agua, pero sin sumergirlo del todo. Déjalo en un lugar donde tenga luz. Cuando empiece a abrirse el hueso, para brotar, debes plantarlo.
Esta foto se la hice el primer día. A comienzos del verano lo coloqué en una de las jardineras, por probar. Durante la purga de final del verano, ya comprobé que había echado raíces ¡genial!
En resumen: Si quieres comenzar a plantar, ¡no hace falta que te gastes una fortuna en macetas! Cualquier envase viejo sirve para esos primeros brotes. Eso si, una vez la planta ha crecido, mejor trasplantarla a una maceta grande (o un envase todavía más grande).