Este sábado fui, por primera vez, a la Feria de artesanía y antigüedades conocida como
Mercado de Motores, en Madrid.
La feria se realiza el segundo fin de semana de cada mes, en las instalaciones del Museo del Ferrocarril. Anteriormente se celebraba en una sala donde podían verse los grandes motores que utilizaban los trenes antiguos, de ahí su nombre.
El Museo se encuentra al lado de la estación de tren de Delicias, y a 5 minutos andando de la estación de Atocha, por lo que es muy fácil y rápido llegar. La entrada, además, es totalmente gratuita (y esos detalles al final se agradecen, al final de mes).
Se divide en tres grandes áreas: una zona de expositores, una zona de particulares, y una tercera zona que podríamos llamar de ocio, dedicada a comer y a que los niños jueguen.
La Zona de expositores se encontraba en el interior del museo. Una gran nave, que, si no me equivoco, fue la antigua estación de Delicias, en la que se encuentran antiguos ferrocarriles, vagones y máquinas.
En los andenes encontramos los puestos. Algunos dedicados a la gastronomía, como el puesto de la Limonada Linda (de limón y jengibre), embutidos artesanos, galletas, panes o mermeladas curiosas (como la de cerveza!). Otros a la decoración del hogar, muebles rescatados, moda para adultos y niños y un poquito de papelería.
Fuera del edificio principal, y en los andenes exteriores, encontramos la Zona de particulares. Esta es una parte importante, a mi parecer, del mercado. Los particulares (previa inscripción) pueden poner sus puestos para vender sus productos. En este caso, están dedicados a la venta de antigüedades y segunda mano. Si te interesa la decoración de los años 70, 50 o incluso anteriores (las de las abuelas) o te gusta la ropa vintage, esta zona entonces te gustará.
Puedes encontrar un amplio rango de precios, pues las antigüedades en buen estado suelen ser carillas hasta cajones de prendas de segunda mano a 1€.
Pese a que me encanta descubrir negocios y artesanos nuevos, esta zona, la de particulares, es la que más disfruté paseando. Cada puesto tenía algo que me llamaba la atención. Eso si, en esta ocasión no compré ninguna antigüedad ni pieza vintage. Me quedé con las ganas, pero es un buen motivo para volver a visitarlo ;)
Lo que sí que me compré fueron estas dos cositas (y otra que no puedo enseñar todavía):
Un broche de madera de Alicia en el País de las Maravillas, de una artesana que ya conozco de otras ferias y a la que ya he comprado anteriormente. Cuando ví que tenía un cesto de broches en liquidación, no pude resistirme: me gustan mucho y si están a mitad de precio, me gustan mucho más.
También compré un pack de pegatinas de temática de viajes, de las principales atracciones turísticas de ciudades como Roma, Londres, París o NY. Lo compré en
OddyNeighbours y os recomiendo pasar a ver todas las cosas lindas que tienen.
Estas pegatinas además de ir al album de scrapbooking de viajes, o decorar mis cuadernos... tienen como objetivo acompañar cartas... pero esto es una historia que os contaré otro día ;)
No compré pero me quedé con sus tarjetas, porque me gustó mucho lo que ví, en los puestos de
Little Picknick (materiales de bisutería y craft),
Fragile (bolsos y fundas de neopreno),
BambooRevolution (relojes de bambú),
Art & Chic (arte y moda),
Bracco (Bolsos de lona con estampados de cine) y
A lo loco market (calzado pintado de forma super divertida). Estos son sólo una muestra de los puestos que puedes encontrar allí.
¿Habéis ido alguna vez a este Mercado? Después de verlo ¿os apetece? En un mes vuelve ;)