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domingo, 5 de marzo de 2023

El arte de escribir cartas


Irónicamente, te escribo este post (algo más ligerito de lo habitual) ya en marzo, cuando febrero es el mes de las cartas y la correspondencia (puedes leer más sobre esto aquí). Pero, estoy intentando -de nuevo- volver a engrasar las máquinas y retomar el publicar a menudo por aquí, aunque suponga crear contenidos más breves, más concretos. Y quizás pudiendo ampliarlos o perfeccionarlos a futuro. 

Y también, hacía mucho que no escribía sobre una de los hobbies más "slow" que se me ocurren: el arte de escribir cartas. 

Así que de hoy va este post, donde recojo algunos consejos básicos para iniciarte en este "lento arte", que te recomiendo probar, solo por salir de la rutina de las redes sociales y la inmediatez en que estamos metidas. 

5 puntos a tener en cuenta para escribir una buena carta

  • Cuenta una historia. ¿Te has fijado que solemos abrir las cartas con unos saludos tradicionales? (o al menos, a mí me sale así), un qué tal estás, cómo va todo.. pero resulta extraño hacerlo, si lo piensas bien, estamos acostumbradas a las conversaciones cara a cara con respuesta inmediata, y quizás por eso nos sale natural, pero cuando te paras a pensarlo, preguntar y tener que esperar varias semanas a obtener esa respuesta...es extraño cuanto menos. Una alternativa para arrancar una carta es iniciar contando alguna historia personal (algo que te ha ocurrido últimamente, algo que te apetezca compartir, como una anécdota divertida, una escena vivida, un recuerdo juntos que has recordado...). Si te pasa como a mi, que a veces esas introducciones formales te dejan rara, puedes probar esta otra alternativa.  

  • Ten presente la longitud de las cartas. Yo soy de la teoría que las cartas "ideales" (teniendo en cuenta que no existen) no son ni muy cortas ni demasiado largas. Yo normalmente me pongo al día entre una y dos hojas por carta. Rara vez, si he tardado mucho en responder, llego a escribir tres hojas. Lógicamente, en esta extensión influye también mucho el tamaño de la letra que tengas, el tamaño del papel que uses ... y el tiempo que pase entre carta y carta. Porque si escribes muy a menudo a una persona, te puedes encontrar que no tienes tantas cosas que escribir. O si estás contando algo interesante y empiezas a desarrollar, puedes acabar escribiendo una novela. Ojo! que no digo que ni cortas ni largas sean peores. Ni mucho menos. Todas las cartas son perfectas como son. 

  • Que sea bonito, ayuda. Escribir a mano, en los tiempos que corren, ya de por sí es un regalo: el regalo de nuestro tiempo y nuestra atención. Pero no sólo eso, usar papelería bonita, ya sea casera o comprada, ¡da mucho gusto! tanto para quien escribe como para la persona que la recibe (más color en nuestros buzones para compensar panfletos y facturas). 

  • Personalmente, me gusta incluir siempre algún tipo de regalo. Y me explico un poco mejor, ya que no implica, necesariamente, incluir algo que te haya costado dinero. Añadir algún extra, hecho por mi, o comprado, como una postal, un dibujo, materiales para que esa persona los pueda usar a posteriori, recuerdos de algún lugar que he visitado, un mailtag, una postal, ephemera (casero o comprado), pegatinas... o incluso una bolsita de té o alguna infusión. Son pequeños extras que hacen el placer de recibir la carta extra especial
  • No te limites al interior: decora el sobre A mi me gusta mucho usar papeles estampados, que llamen la atención, para usarlo como sobres. Otra idea es decorarlos con los sellos que necesitas para enviarlo, o con pegatinas y recortes, para hacer sobres temáticos. Otras personas, con mucha maña, dibujan en el sobre y/o lo pintan. O tienen una caligrafía super cuidada y estética, y todo el detalle va en cómo han escrito la dirección donde se envía. Si buscas inspiración, en instagram hay auténticas artistas que crean unos sobres de infarto. 
  1. Bonus: El arte de reutilizar. No puedo evitar meter mi puntito eco / diógenes en este listado. Me gusta reusar materiales y una vez empiezas con esto, te das cuenta que muchísimas cosas habituales se pueden reaprovechar, desde sobres de facturas que decoras y puedes volver a enviar, a cartones o envoltorios con los que crear sobres personalizados, recortes de folletos o revistas con los que crear collages... Gran cantidad de material relacionado con la papelería en cualquiera de sus formas es susceptible de reaprovecharse para crear un sobre o paquete pequeño personalizado. 


Pequeños consejos para asegurar que llegan a su destino:

Muchas veces tengo la sensación de que enviar algo por carta es jugársela, no puedes asegurar a ciencia cierta si llegará a su destino. Pero para favorecer al sistema intento:

  • Si uso sellos tradicionales, prefiero "pasarme" por arriba y asegurarme que la cantidad de sellos que pongo cubre el costo del envío. Las tarifas de Correos se pueden consultar en su web, y yo uso la báscula de cocina (que es bastante precisa y mide gramos) para calcular el peso de mis cartas. 
  • Si quieres asegurarte que pagas la cantidad "justa" siempre, es recomendable que te pesen en la oficina de Correos y te pongan la etiqueta con el peso y precio justo. El problema es que es una etiqueta enorme y nada estética. Pero si haces muchos envíos habitualmente, esos céntimos de más que te evitas se pueden notar e invertir en materiales. 
  • Aseguro el cierre del sobre. Últimamente los sobres estándar que compro tienen un pegamento bastante deficiente, así que me aseguro que no se abren a mitad de camino, reforzándolo con celo o washi tape. Una persona que trabaja en la oficina local de Correos me comentó una vez que era recomendable usar washi tape o celos de color, para que se note que la carta venía así sellado de casa, y no que se había abierto en Correos y sellado por ellos. Hago lo mismo en los laterales, si es un sobre hecho a mano, para asegurar que no se rasgan y se abren a mitad de camino. 
  • Me aseguro que el nombre y dirección a donde la envío quede bien claro y visible (al igual que el remite por si hay algún problema). Si lo envío en temporada de lluvia, lo cubro con celo transparente para evitar que la tinta se moje y se corra, haciéndolo ilegible. 


¿Qué opinas sobre este arte casi olvidado? ¿Te gusta practicarlo? 


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