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sábado, 29 de octubre de 2022

¿Qué es el tecnoestrés y el "F.O.M.O.?


Tecnoestrés, FOMO... ¡ojo, cómo comienza este post! Pero tranquila, poco a poco vamos a ir desgranando todos estos palabros. 

El "FOMO" o Fear of missing out, es la sensación de estar perdiéndonos "lo bueno", la información, las oportunidades, modas, o actividades. Es eso que nos impulsa a ir a hacernos la misma foto que la influencer de turno, en el mismo local de moda. A estar horas enganchadas viendo instagram o twitter. O a consumir compulsivamente noticias cuando nos encierran por un virus desconocido. Pero no es una sensación buena, en el fondo, nos hace sentirnos infelices y vacíos. 

El tecnoestrés (o estrés digital) es una enfermedad moderna, de adaptación, que provoca incapacidad para enfrentarse a las nuevas tecnologías de forma saludable (Craig Brod, 1986). El uso prologado de pantallas puede llevarte a sentirte más cansada o abrumada, con síntomas compatibles con el estrés o la ansiedad. Aparece el llamado "FOMO", tu capacidad de atención y memoria se reduce, y empiezas a experimentar síntomas físicos (como dolores de cabeza, musculares), fatiga mental, que encajan con cuadros de estrés, empiezas a experimentar aislamiento social, ataques de ansidad, y a la larga, puede incluso que depresión. Vamos, que es algo serio. 

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Antes de nada, recordarte que este blog es puramente informativo, y yo no soy (ni intento hacerme pasar por) una profesional de la salud. Si tienes cualquier sospecha de problemas físicos o mentales, por favor, acude a un profesional (médico o psicólogo), para que puedan ayudarte. A veces es necesario pedir ayuda. 

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El teletrabajo puso sobre la mesa una realidad: nos cuesta desconectar de la tecnología. Los datos de los estudios(*) confirman que el 31% de los Millenials y  el 29% de la Generación Z, sienten un gran estrés por estar todo el día conectados. El tecnoestrés está asociado a 3 aspectos (y permíteme que use los palabros que vas a ver a continuación): la "tecnoansiedad" o cuando los altos niveles de activación fisiológica provocan tensión y malestar, vamos, sentir ansiedad por el uso -o el mal funcionamiento por ejemplo- de la tecnología; la "tecnofatiga", que la provoca el cansancio mental provocado por el uso continuo; y la "tecnoadicción", el deseo compulsivo de estar conectado en todo momento. 


Algunas pistas de que podrías estar sufriendo "FOMO":

  • Dices "sí" a planes, cuando en realidad te gustaría decir que "no"
  • Navegas sin parar por las redes sociales, para ver qué están haciendo y compartiendo otras personas
  • Miras tu móvil cada dos por tres, a ver si tienes notificaciones, emails, ...
  • Compras cosas que no puedes permitirte, para seguir el ritmo a los demás
  • Compras cosas que están de moda, aunque sean de mala calidad, solo porque los usa "fulanita"
  • Te estás comparando con otr@s, y criticando continuamente
  • Te pasas la vida intentando hacer de todo (y eso te agota)

¿Te reconoces en alguna?


¿Qué podemos hacer para reducir el tecnoestrés y dejar el "FOMO" a un lado?

  1. Limita tu uso de tecnología (especialmente teléfono móvil). Está muy bien llevarlo encima todo el día con la idea de estar "disponible" por si hay una emergencia, pero nos lleva a responder y reaccionar a cada notificación que nos salta en la pantalla, y por tanto, nuestra atención salta de la realidad que tenemos delante, a nuestra pantallita, cada momento. Pon límites al uso (busca ese momento para ponerte a navegar en redes, ver tus emails, etc, controlando el tiempo que quieres estar haciéndolo) y gestiona las notificaciones que te van a saltar en tu pantalla del móvil - puedes elegir de qué aplicaciones mostrar y de cuáles no-). 
  2. Haz un "detox digital". Tú eliges ,la duración (una tarde, un día, una semana, ¡un mes!). Durante ese tiempo, no uses tus pantallas, y pon tu foco en tu entorno y en lo analógico. Te ayudará a pasar tiempo con los tuyos, o incluso a ponerte con ese proyecto que siempre querrías sacar tiempo, pero nunca acabas haciendo. 
  3. Elige bien a qué ideas y planes vas a decir que sí. Tenemos tendencia a sobre-comprometernos, especialmente cuando son planes a largo plazo (será problema de mi yo futuro). Elige bien a qué vas a decir que si, ya que si te cargas de planes que no te apetecen, no podrás dedicar tiempo a aquellas actividades que sí te interesan. Piensa antes de responder, y si vacilas un poco, di que no
  4. Tómate un descanso. Últimamente hablo mucho de este tema, pero es que ¡ay! es TAN importante. Necesitamos descansar, alejarnos de nuestras tareas y vida ajetreada de vez en cuando, para recargar energías. Cada cuál, a su modo. Algunos son más de moverse y hacer deporte, otros de estar en plena naturaleza, otros de estar a solas, quizás leyendo, cualquier plan es bueno, si te funciona
  5. Profundiza en aquello que es importante. La mentalidad del FOMO es intentar abarcarlo todo. Pero seamos realistas, eso es imposible. Elige en qué te quieres centrar, en aquellas experiencias, tareas, o momentos, que realmente te aporten (quizás sea eventos con personas que más te llenen, o incluso tareas que más te acerquen a tu objetivo), y pon tu foco en ellas, en unas pocas. 
  6. Practica el agradecimiento. La mentalidad del FOMO está centrada en la falta (me voy a perder XXXX). No prestamos atención a lo que ya tenemos, sino a lo que nos falta. Pero cuando empezamos a poner atención en lo bueno que tenemos, en lo bueno que nos pasa, con ejercicios de agradecimiento, dejamos de buscar constantemente aquello que no tenemos. Nuestro foco cambia, y crece la sensación de estar completas 
  7. Nada de pantallas antes de dormir. La luz azul de las pantallas es la enemiga número 1 de nuestras noches de descanso (OK, vale, los bebés y niños pequeños, también). Reducen nuestra producción natural de melatonina, y alteran nuestros ritmos circadianos. Desconecta al menos una hora antes de irte a dormir, y verás poco a poco cómo mejora tu descanso. 
  8. Haz limpieza digital. Elimina todas esas apps que te distraen y no te aportan nada; ficheros que acumulas y que nunca vas a usar -y posiblemente necesitar-; suscripciones a emails que no te aportan (espero que "La cartita de los domingos" de este blog no sea una de ellas, pero si lo necesitas, hazlo, no me enfadaré, lo juro), o cuentas en páginas que ya no usas. 
  9. Evita las multitareas. Si estás en tu móvil / ordenador, céntrate en la tarea que tienes abierta. Evita todo lo posible la multitarea, que consume recursos (tu ordenador irá más lento) y también consume tu foco (te costará mucho más centrarte si vas saltando de una cosa a otra). 
  10. Intenta evitar usar el teléfono cuando estés con otras personas. Cuando paseo, me fijo en la cantidad de "chavales" que quedan entre ellos, y están sentados juntos, cada uno con su móvil, o incluso parejas cenando juntas, y aisladas en sus pantallas, en vez de conversando. En casa, este es una de las áreas que estoy intentando mejorar, sobre todo para poder dar buen ejemplo a mi hija: intentando estar presente al 100% cuando estás en compañía de las personas que te importan, prestándoles atención (en vez de a la pantalla).


En conclusión

Tenemos en las manos una herramienta fantástica pero con un poder de atracción difícil de vencer. Pero con un poquito de esfuerzo, y sobre todo, tomando mucha consciencia de lo que estamos haciendo, podremos tener esa desconexión digital que necesitamos. Nos aportará mejoras en las relaciones, mejoras en nuestro bienestar (físico, mental y anímico), y mejorará también nuestra productividad. 

¿Tú también estás enganchada a la tecnología? ¿Te atreves a ponerte este reto? 



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(*) Estudio de Sodexo Beneficio e Incentivos "El mix generacional en las empresas españolas". 

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