No se en vuestra casa, pero en la mía, además de muchos tés, también somos cafeteros. Y con esto de las cápsulas, acabas acumulando al final de la semana bastantes. Antes las tirábamos pero con esto de reciclar y hacer cositas a mano, hemos empezado a reciclar las cápsulas... y ahora también los posos (aquí se aprovecha todo). ¿Por qué? Porque he leído en muchos sitios que el café -la cafeína concretamente- es un buen anticelulítico y exfoliante. Me puse a buscar en internet mascarillas y cremas caseras con café y he encontrado todo un filón, por lo que me he puesto a recoger el café que usamos, para reutilizarlo.
Usos para los posos del café
Como exfoliante y anticelulítico de ducha: En la ducha y con la ayuda de un guante de crín, humedo, frotar en la zona deseada, con movimientos circulares. Aclarar después con agua y jabón, para eliminar el olor. De esta forma exfolias la piel, eliminas impurezas y células muertas. La cafeína activa la
lipólisis, con lo que se "quema" grasa. Además dicen que, al soltar color, sirve de bronceador casero (hasta que no lo pruebe no lo puedo confirmar)
Como crema exfoliante: mezcla los posos (1/4 de una taza) con azúcar (1/4 de taza), 2 cucharas de aceite de oliva y 2 de aguacate, triturado. Mézclalo todo bien. Extiende la mezcla como si fuera una crema, masajea con las manos, insistiendo en las zonas más secas/deshidratadas, y deja actuar unos 10 minutos. Aclara con agua fría.
Como mascarilla para el pelo (recomendado en tonos oscuros): el café ayuda a dar más brillo al pelo, previene la caspa (por la exfoliación del cuero cabelludo). Para usarlo, simplemente, y después de lavarte el pelo con el champú, frota la cabeza con un poco de café, masajeando suavemente unos 5 minutos, y aclarándolo muy bien, hasta eliminar todos los restos. Luego aplica acondicionador o mascarilla.
En internet he encontrado también
otros usos, que os cuento a continuación:
Como detergente desengrasante: echa un poco de café (posos) en la sartén a remojo y límpiala en seguida (para evitar que el café tiña)
Como repelente para gatos (por si alguien lo necesita): a los gatos no les gusta el olor del café y las frutas ácidas, por lo que si tienes un jardín y quieres evitar que se acerquen los gatos, echa posos y cáscaras de naranja.
Como tinte natural (aviso a crafters!) mezcla los posos con agua caliente para tener un tinte natural, que puedes usar en las manualidades para dar un toque envejecido.
Como abono natural: échalo en tus macetas, directamente sobre la tierra o mezclándolo con los compuestos que ya vienen hechos, sobre todo a principios de primavera, para abonar tus plantas.
Como desatascos de tuberías: no haces mal en echarlos por el desague pues limpian las tuberías y eliminan los malos olores. Eso si, después echa agua caliente, para evitar que se resequen.
Como reparador de muebles: remojando los posos, aplícalos sobre las grietas de la madera. Al teñirlas, disimularás un poco los desperfectos.
Como repelente de insectos y pulgas: dicen que los mosquitos y las pulgas no soportan el olor fuerte del café. Si tienes mascotas, añade unos pocos posos de café en su champú para repeler las pulgas.
Y tú, ¿conoces otros usos?
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